la sensualidad y belleza en una misma figura

La obra sobre la que os quiero hablar hoy fue la primera que empezó a llamarme la atención en cuanto a las esculturas. Me transmite plena libertad y completa seguridad en sus movimientos y su forma. Está realizada en mármol aunque parece tener una gran delicadeza. La obra de la que os hablo se trata de:

La Victoria de Samotracia 

También es conocida como Niké de Samotracia y pertenece a la etapa griega, en concreto a la etapa helenística. Se caracteriza por un movimiento muy marcado y una forma más humanizada que expresa mayor emoción en su postura. 

En esta obra destaca la característica de los paños mojados, que se trata del efecto de la silueta de la ropa pegada al cuerpo de la figura. Se encuentra en un pedestal que asemeja la proa de un barco, esto hace llamar la atención a primera vista. Aunque lo más recurrente es preguntarse dónde se encuentran sus brazos y su cabeza, pues bien, esta escultura se encontró hecha a pedazos por unos arqueólogos, y a pesar de las búsquedas que han habido a lo largo de los años, no se llegó a descubrir dónde se encuentran. 

Hasta la actualidad es una escultura anónima y a pesar de que han habido bastantes teorías sobre su posible autor, no se asegura del todo ningún nombre en particular.

Además de su belleza y su forma tan característica, esconde misterios sin resolver.